La Casa Rectoral de Soto de Luiña constituye, junto con la Iglesia de Santa María, uno de los atractivos turísticos más importantes de la localidad. Declarada Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue en sus orígenes un antiguo hospital para peregrinos.
Soto de Luiña: parada obligatoria en el Camino de Santiago
El Camino del Norte, plagado de imponentes acantilados e impresionantes playas, cuenta cada año con un mayor número de peregrinos. A su paso por el concejo de Cudillero, se localiza Soto de Luiña, parada obligatoria por su riqueza patrimonial, paisajística y gastronómica.
La Casa Rectoral y de Cultura es un ejemplo de dicha riqueza patrimonial. Fundada en el siglo XVIII y de estilo barroco, reproduce el modelo de casa noble rural asturiana y es uno de los escasos ejemplos de este tipo de arquitectura que se conservan en la región.
Casa Rectoral de Soto de Luiña: antiguo Hospital de Peregrinos
El edificio pertenecía al párroco D. Antonio de Bances y Bimera de Osorio, quien, en 1713, donó su casa y fundó el Hospital del Rosario, ante la insuficiencia del hospital ya existente para acoger a todos los peregrinos. Los dos hospitales coexistieron durante años hasta su unión en 1781.
Los enseres de D. Antonio se trasladaron al albergue, que pasó a ser su vivienda. A cambio, el párroco debería pagar una renta que sería destinada a la contratación de un maestro que proporcionara enseñanza totalmente gratuita durante 5 meses al año para todos los niños de Soto de Luiña y alrededores.
La escuela y el Hospital de Peregrinos coexistieron hasta 1815, año en el que dejaron de llegar peregrinos a la localidad. En ese momento, las rentas del hospital desaparecieron y se trasladaron íntegramente a la escuela, destinada a enseñanza, rectoral y otros usos públicos y a la Corona. Actualmente, funciona como casa rectoral y de cultura.
Un patrimonio histórico-artístico reconocido
Además de como Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad, la Casa Rectoral de Soto de Luiña ha sido reconocida con numerosos premios por su riqueza e importancia arquitectónica.
En 1987, obtuvo, junto con la Iglesia de Santa María, el Premio Europa Nostra por la labor de recuperación y la defensa del patrimonio histórico-artístico de Soto de Luiña. Una localidad que, desde 1992, comparte con Novellana la distinción de pueblo ejemplar.
Todo ello convierte a Soto de Luiña en un destino ideal para disfrutar de la riqueza arquitectónica y patrimonial de Asturias y en la excusa perfecta para conocer también otros lugares del entorno como Oviñana, San Pedro o Valdredo.