A orillas del Cabo Vidío, los mozos bailan la danza prima alrededor del fuego en la noche de San Juan.
Noche mágica, de embrujos, conjuros, de leyendas y amores.
Y si con sigilo me acerco a la fuente de La Xana, antes de que aparezca el sol, me encontraré sentada en la fuente a una bella mujer, una Xana encantada, desnuda, con una gran cabellera rubia, que se está peinando con un peine de oro. Junto a ella, doce bolos de oro que guarda, esperando al desencantador que la desencante para llevárselos.
Tiempos ha, que unos vecinos del lugar, se acercaron con sus picos y palas, a cavar en el mencionado lugar, para encontrar el preciado tesoro. Enterados los mozos del pueblo, allí acudieron, a darles el susto más fantasmagórico.
Donde entonces nadie mas osó en buscar los bolos de oro, que según la leyenda, guarda la Xana de la Reguera.
Benjamín Ruisánchez